Hoy se cumplen tres meses desde aquel 9 de abril en que la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, dirigida por nuestra compañera Elena Cortés, dictó la resolución para realojar, en cumplimiento de un mandato judicial y con las normas que regulan la vivienda encima de la mesa, a las familias desalojadas de la Corrala Utopía con menores o en riesgo de exclusión social.
Lo ocurrido a lo largo de este tiempo ha puesto negro sobre blanco que Izquierda Unida en la organización y en la Junta de Andalucía tenía toda la razón de su parte desde el principio, y que la gestión de la Consejería de Fomento y Vivienda ha sido absolutamente impecable desde el minuto uno hasta el final. El proceso de realojo no sólo ha sido indiscutiblemente legal, como ha acreditado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), sino justo socialmente y perfectamente respetuoso con el principio de igualdad.
Estos tres meses han puesto las cosas en su sitio. Izquierda Unida puede mirar hacia atrás y evaluar todos los acontecimientos en perspectiva sin miedo a la hemeroteca, porque su posición ha sido sólida y coherente desde el principio en la reivindicación de la función social de la política, en la defensa del derecho humano a la vivienda, en el cumplimiento estricto de la normativa estatal y autonómica y en el seguimiento de la doctrina sobre desahucios del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Las acusaciones infundadas, irresponsables y totalmente populistas contra IU, que llegaron a señalar al realojo como injusto, arbitrario o incluso prevaricador, se han desmoronado como un castillo de naipes.
Vistos los acontecimientos con la perspectiva que da el tiempo, todo lo ocurrido alrededor del realojo nos deja tres lecciones de gran valía, una por cada mes transcurrido, que merece la pena resaltar.
1) Gobernamos con legalidad y justicia.
Todas las familias evaluadas por el Ayuntamiento de Sevilla están en riesgo de exclusión de social, requisito legal para proceder a un realojo, o incluso ya excluidas socialmente. Así lo acreditan los servicios sociales municipales, que han dejado en total evidencia al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, que ha mantenido durante estos tres meses (y aun antes del desalojo de la Corrala) una actitud indigna de su cargo.
El auto del TSJA que archiva la delirante denuncia por prevaricación de Manos Limpias señala literalmente que el realojo estuvo “inducido por el mandato judicial de proveer lo necesario para el realojo de familias con menores o en riesgo de exclusión social”. Añade que las resoluciones administrativas que dan cobertura al realojo “no están inspiradas por una finalidad arbitraria o injusta, sino por la necesidad de atender a una situación urgente, por mandato judicial”. Y también establece que dichas resoluciones de la Consejería “se dictan tras una actividad coordinada con otras administraciones e instituciones (Ayuntamiento de Sevilla y Defensor del Pueblo) de la que no resultó una propuesta viable”. En el realojo, concluye el TSJA, no existe “ningún hecho que remotamente pudiera tener alguna significación penal”. Ni “remotamente”. ¿Dónde deja eso las acusaciones de “ilegalidad”?
2) Formamos parte del Gobierno para cambiar las cosas, no a cualquier precio
Izquierda Unida rechazó frontalmente la retirada de competencias a la Consejería de Fomento y Vivienda. Ni por un segundo la asumimos, ni nos planteamos aceptarla bajo ningún concepto. Formamos parte del Gobierno andaluz para cambiar las cosas, para introducir cambios profundos y duraderos, para cumplir el Acuerdo por Andalucía suscrito tras las últimas elecciones autonómicas, para mejorar las condiciones de vida de la mayoría social, para poner freno a las políticas empobrecedoras que pretende imponer la derecha desde Madrid y Bruselas. Ésos son nuestros únicos objetivos. Ni negociamos con esos valores y principios, ni toleramos que se ponga en duda nuestra solvencia en la gestión desde las instituciones, ni aceptamos que se menoscabe la dignidad de nuestras siglas.
3) La dignidad de las familias puede con la ruindad de la peor versión de política
La lección fundamental es la que han dado las familias desalojadas de la Corrala Utopía, que han tenido que soportar una sucia campaña de difamación y desprestigio. La lección de dignidad de estas familias, su fuerza en la reivindicación y defensa de un derecho básico, pone de relieve de manera aún más clara la ruindad de la mala política, de la política en su peor versión, la política oportunista, cruel y demagógica.
Es una lección que los hombres y mujeres de IU no olvidamos, y que nos anima a seguir luchando, en la calle y en las instituciones, para defender el derecho a la vivienda y para ponernos de parte de las víctimas de la crisis estafa y contra las agresiones del poder financiero.
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