IU promoverá "una nítida y clara separación entre Iglesia y Estado"
Cayo Lara y Marga Ferré, junto a Francisco Delgado de la asociación Europa Laica, coinciden en señalar que la “confesionalidad está estancada en el siglo pasado, mientras que la sociedad camina en el siglo XXI”, por lo que demandan, entre otras, una Ley de Libertad de Conciencia para avanzar en el reconocimiento de derechos individuales.
Izquierda Unida tiene intención de incluir en su programa electoral de cara a los comicios del 20-N un completo conjunto de propuestas en materia de laicidad para responder a la demanda de un amplio sector de la sociedad de que haya “una nítida y clara separación entre Iglesia y Estado”. Así lo expusieron hoy el coordinador federal de IU y candidato a la Presidencia del Gobierno, Cayo Lara, y la responsable federal de Propuesta Programática, Marga Ferré, que ofrecieron una rueda de prensa junto al presidente de Europa Laica, Francisco Delgado.
IU detalló públicamente el trabajo que está realizando en materia de laicidad después de mantener una reunión por espacio de una hora y media con representantes de esta asociación, dentro del proceso de Convergencia Social puesto en marcha para la elaboración de su programa y que culminará con un gran acto estatal los próximos 8 y 9 de octubre. Lara subrayó la “gran coincidencia” de IU con las propuestas de Europa Laica y adelantó la voluntad de incluir buena parte de ellas de cara a la oferta a la ciudadanía para el 20-N.
El candidato de Izquierda Unida lamentó que la “confesionalidad del Estado está estancada en el siglo pasado, mientras que la sociedad camina en el siglo XXI. No es comprensible que la Iglesia católica reciba una gran cantidad de dinero público en subvenciones mientras que se siguen atacando los derechos y libertades de los ciudadanos”.
Cayo Lara afeó al Gobierno socialista el haber “vulnerado” su programa electoral al señalar a principio de legislatura que llevaría al Congreso para su aprobación una supuesta Ley de Libertad Religiosa “que luego ha preferido dejar en un cajón, en una concesión más a la Iglesia y una renuncia a sus propios postulados, como tantas otras que ha realizado en estos años”.
Marga Ferré fue la encargada de detallar las propuestas en las que trabaja Izquierda Unida. Entre ellas, destacó la elaboración de una Ley de Libertad de Conciencia precisamente para desarrollar definitivamente el Estado aconfensional y avanzar en el reconocimiento de derechos individuales que la propia Constitución, además de su incumplimiento en la práctica, establece como derechos colectivos.
Ferré señaló que “no es una cuestión de Estado, es una cuestión de libertad individual. En esto, como en tantas cosas, queda aún muchísimo por hacer”. Apuntó también las modificaciones legales que defenderá Izquierda Unida, entre otras cosas para excluir del Código Penal el delito de blasfemias o injurias referido a la religión, que calificó de “anacrónico”.
La dirigente federal recordó también los privilegios económicos de los que sigue gozando la Iglesia católica y que se concretan en múltiples exenciones fiscales y subvenciones de las que son ajenas otras confesiones religiosas y asociaciones privadas de todo tipo. “En tiempos de crisis –resumió- esto es terriblemente injusto. La Iglesia católica se tiene que financiar a sí misma”.
Mención aparte hizo de la estrecha vinculación entre religión y educación, donde la Iglesia logra una de sus más importantes fuentes de financiación e influencia, por lo que abogó para que “no haya ni un sólo metro cuadrado de suelo público para la educación religiosa”.
Izquierda Unida tiene intención de incluir en su programa electoral de cara a los comicios del 20-N un completo conjunto de propuestas en materia de laicidad para responder a la demanda de un amplio sector de la sociedad de que haya “una nítida y clara separación entre Iglesia y Estado”. Así lo expusieron hoy el coordinador federal de IU y candidato a la Presidencia del Gobierno, Cayo Lara, y la responsable federal de Propuesta Programática, Marga Ferré, que ofrecieron una rueda de prensa junto al presidente de Europa Laica, Francisco Delgado.
IU detalló públicamente el trabajo que está realizando en materia de laicidad después de mantener una reunión por espacio de una hora y media con representantes de esta asociación, dentro del proceso de Convergencia Social puesto en marcha para la elaboración de su programa y que culminará con un gran acto estatal los próximos 8 y 9 de octubre. Lara subrayó la “gran coincidencia” de IU con las propuestas de Europa Laica y adelantó la voluntad de incluir buena parte de ellas de cara a la oferta a la ciudadanía para el 20-N.
El candidato de Izquierda Unida lamentó que la “confesionalidad del Estado está estancada en el siglo pasado, mientras que la sociedad camina en el siglo XXI. No es comprensible que la Iglesia católica reciba una gran cantidad de dinero público en subvenciones mientras que se siguen atacando los derechos y libertades de los ciudadanos”.
Cayo Lara afeó al Gobierno socialista el haber “vulnerado” su programa electoral al señalar a principio de legislatura que llevaría al Congreso para su aprobación una supuesta Ley de Libertad Religiosa “que luego ha preferido dejar en un cajón, en una concesión más a la Iglesia y una renuncia a sus propios postulados, como tantas otras que ha realizado en estos años”.
Marga Ferré fue la encargada de detallar las propuestas en las que trabaja Izquierda Unida. Entre ellas, destacó la elaboración de una Ley de Libertad de Conciencia precisamente para desarrollar definitivamente el Estado aconfensional y avanzar en el reconocimiento de derechos individuales que la propia Constitución, además de su incumplimiento en la práctica, establece como derechos colectivos.
Ferré señaló que “no es una cuestión de Estado, es una cuestión de libertad individual. En esto, como en tantas cosas, queda aún muchísimo por hacer”. Apuntó también las modificaciones legales que defenderá Izquierda Unida, entre otras cosas para excluir del Código Penal el delito de blasfemias o injurias referido a la religión, que calificó de “anacrónico”.
La dirigente federal recordó también los privilegios económicos de los que sigue gozando la Iglesia católica y que se concretan en múltiples exenciones fiscales y subvenciones de las que son ajenas otras confesiones religiosas y asociaciones privadas de todo tipo. “En tiempos de crisis –resumió- esto es terriblemente injusto. La Iglesia católica se tiene que financiar a sí misma”.
Mención aparte hizo de la estrecha vinculación entre religión y educación, donde la Iglesia logra una de sus más importantes fuentes de financiación e influencia, por lo que abogó para que “no haya ni un sólo metro cuadrado de suelo público para la educación religiosa”.
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