El coordinador federal de IU señala durante la comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso para explicar el último Consejo Europeo que “no se puede vivir de espaldas a la realidad. No puede ser que todo el mundo esté equivocado; todos los miles de ciudadanos que nos manifestamos en las calles y en los centros de trabajo no podemos estar equivocados”
"Señor Rajoy, no se puede vivir de espaldas a la realidad, porque esa es la dura realidad. Siguen haciendo caso omiso a los millones de españoles que protestamos contra sus medidas y lo hacemos porque están ustedes atacando los derechos más elementales. No puede ser que todo el mundo esté equivocado; todos los miles de ciudadanos que nos manifestamos en las calles y en los centros de trabajo no podemos estar equivocados, y menos aún cuando esas protestas vienen de tantos sectores tan diversos como la Educación, la Justicia o las pensiones.
Señorías, señor Rajoy, nos ha informado de las bondades de las sesiones del Consejo Europeo de noviembre y del de la pasada semana mientras que en esta España cada vez hay más gente movilizándose en las calles. Algo no debe encajar. Se movilizan los trabajadores despedidos por la reforma laboral, que ha sido un gran regalo para los empresarios; se movilizan los sindicatos; los sectores de la Sanidad, la Educación, la Discapacidad -quién nos iba a decir que los discapacitados iban a estar manifestándose por las calles de Madrid-; los jueces; la policía; los bomberos y, finalmente, los pensionistas. No parece razonable que el Consejo Europeo vaya por un lado y tantos y tantos ciudadanos vayan por otro. Parece que quien marca el rumbo es Alemania y presumimos que el destino no es de los mejores para nuestro país.
Le agradecemos que comparezca en esta Cámara para dar cuenta de los acuerdos de Bruselas porque, como usted bien sabe, es una obligación. Además, le exigimos solemnemente que, por un mínimo principio de respeto a la democracia, someta a este Parlamento cualquier decisión que se toma en la Unión Europea que afecta a los 46 millones de ciudadanos de este país. Los españoles tenemos derecho a conocer y opinar sobre todos aquellos asuntos que nos pueden afectar. Es una cuestión que va ligada directamente a nuestra soberanía, a la soberanía del pueblo español y no a la de Alemania ni de ningún agente especulador nacional o extranjero. Más aún cuando hablamos de decisiones que están asfixiando y sacrificando a la mayoría social de este país. Ustedes, que tanto presumen de patriotismo, tienen una oportunidad de oro para ejercerlo y tener en cuenta a sus compatriotas en la toma de decisiones que nos incumben directamente a todos.
Señor Rajoy, la hoja de ruta que se está trazando en esta Unión Europea, y que usted transmite y ejecuta en nuestra opinión de una forma negativa, conlleva más recortes y restricciones para España, y nos aleja cada día más de una salida de la crisis. Y decimos que ‘de una forma más negativa’ porque hay otra forma de abordar los problemas que no es el ajuste y el recorte. Es la vía de los mayores ingresos en la lucha denodada contra el fraude fiscal y con una reforma fiscal progresiva. Lo hemos dicho muchas veces y ustedes lo saben.
Nos dice usted que quedamos ‘moderadamente satisfechos’ con la propuesta de Presupuesto de la Unión Europea. Para nosotros es una propuesta claramente insuficiente porque incorpora aún más ajustes y reducciones del gasto, algo que no se entiende cuando en la actual Unión Europea han entrado más países con nuevas y mayores necesidades de las que teníamos los que ya formábamos parte de la Unión y cuando algunos de los cuales sufrimos además, usted lo ha dicho, una profunda crisis que dinamita nuestro Estado social.
Un club, sí, señor Rajoy, y muy elitista, en el que las normas las dictan los ricos y los poderosos, y nos las imponen a los demás. Ahora bien, los mismos que imponen esas normas, como la Alemania de la señora Merkel, son después los primeros en incumplirlas. ¿Qué historia tiene Alemania en relación con el cumplimiento del techo de déficit en el 3% pactado en Maastricht? Aplican la ‘ley del embudo’, que es inasumible, lo ancho para Alemania y también para el Reino Unido -que, por cierto, tiene un compromiso con la Unión Europea poco menos que ambiguo- y lo estrecho para los demás países, sobre todo para los que estamos pasando mayores dificultades.
Están discutiendo ustedes una reducción de 80.000 millones de euros en el Presupuesto de la Unión. Eso tendría como consecuencia una pérdida para España, usted lo sabe, de 20.000 millones de los fondos europeos. ¿Va a aceptar usted finalmente esa propuesta de Van Rompuy para conformarnos con el cheque de 2.750 millones? Si la acepta, sería una victoria pírrica como dijo Pirro, rey de Epiro, otra victoria como ésta y nos quedamos solos.
Señor Rajoy, no se puede pretender construir una Europa más cohesionada social, económica y políticamente reduciendo el Presupuesto y, mucho menos, en la situación actual. Usted sabe que el problema de fondo es que la Unión Europea en el sexenio 2000-2006 fijó el techo de gasto en el 1,27% del PIB, en el siguiente sexenio lo rebajó al 1,04% y en éste estamos en torno al 1% del PIB. Por ello no es posible que se reduzca el PIB de la Unión Europea y, al mismo tiempo, se nos diga que se quiere construir más Europa, más social, más vertebrada económica, política y socialmente. No es posible, es que no hay voluntad política de construir esa Europa que tanto se proclama.
Nos ha dicho usted que no es fácil que los ciudadanos vean la relación que existe entre el tema de la supervisión del Banco Central Europeo, de los bancos europeos, y nuestros intereses. Y ha dicho usted que es una muy buena noticia. Evidentemente, la verdad es nosotros tampoco entendemos muy bien por qué es tan buena noticia y le pedimos que nos lo explique después con nitidez. En primer lugar, quiero preguntarle por qué es mejor que nos supervisen desde fuera, desde el Banco Central Europeo y no desde el Banco de España. ¿Es que acaso los funcionarios y técnicos del Banco de España no conocen mejor el estado en el que se encuentra nuestro sistema bancario a pesar de las dificultades que se han pasado en el periodo reciente por decisiones políticas en el Banco de España pero no por la labor y el trabajo de los funcionarios de dicha entidad?
No es entendible, nosotros no lo podemos entender, que la supervisión de un Banco Central Europeo, que carece de mínimos controles democráticos, pueda dar más confianza a los ciudadanos. Sin duda, sí dará más confianza a los bancos, a esos mismos bancos que han cogido dinero del Banco Central Europeo al 1% y han especulado con la deuda soberana de los países y por eso tenemos que pagar este año en los Presupuestos de 2013 la cantidad de 38.500 millones de euros en la partida de intereses, que es más que lo que gasta el Estado en el aparato de la Administración General del Estado.
En segundo lugar, señor Rajoy, la famosa supervisión bancaria deja fuera a las cajas alemanas, que son precisamente las que mayores problemas tienen. Es decir, para que todo el mundo lo pueda entender, lo que han acordado en Bruselas es que unos señores del Banco Central Europeo vengan a mirarnos con lupa a todos mientras dejan a Alemania corriendo una especie de ‘tupido velo’ sobre el sistema de cajas para que nadie sepa cuáles son los verdaderos problemas que tiene la señora Merkel. Centenares de cajas pequeñas, es cierto, pero que en el conjunto tienen un agujero muy superior al de las cajas españolas. Son problemas que están trasladando al resto de países de la periferia europea, entre los que se encuentra España, y que son los causantes de que a los ciudadanos de nuestro país y de otros como Portugal o Grecia se nos estén aplicando políticas de recortes leoninas que están demoliendo el Estado del bienestar por el que tanto hemos luchado los trabajadores y trabajadoras europeos.
No es para estar contentos, señor Rajoy, al contrario. La adopción de un mecanismo único de supervisión en ausencia de otras políticas no comporta ningún elemento nuevo que pueda transmitirnos el más mínimo optimismo. La arquitectura de Europa, que ya lleva decenas de años diseñándose, no nos gusta y no nos gustó en sus inicios. Aquí está el ‘Diario de Sesiones’ y las intervenciones de Julio Anguita en esta tribuna para contrastarlo. Creemos en una Europa de los ciudadanos, en la Europa social, solidaria y comprometida con el empleo. No creemos en la actual Europa del diktat alemán, en la Europa de los mercados, más preocupada por los beneficios de los banqueros que por el bienestar de sus habitantes. Hay que romper con el yugo alemán de la canciller Merkel; hay que frenarlo porque, si no, nos van a tirar al precipicio.
En estos dos consejos se han adoptado nuevas normas en materia de rescate y resolución de bancos y sobre garantías de depósitos. Han acordado que deben tomarse medidas para que Europa siga siendo una economía social de mercado. Sabe usted, señor Rajoy, que yo niego la segunda parte de este enunciado, como es natural, porque es una paradoja. Si es social, no puede ser de mercado; y viceversa. Sin embargo, sin entrar en esa disquisición, sí quiero recordarle que su Gobierno se ha olvidado por completo de la parte social y de impulsar el empleo, sobre todo juvenil, en España.
Nos habla usted de nuevo de los 180.000 millones entre el Banco Europeo de Inversiones y los fondos que han acordado poner en marcha. Pero ¿cuándo se van a concretar? ¿Cuándo vamos a ver que esos fondos se ponen en marcha para que las empresas que están cerrando en España por falta de liquidez, por falta de ayuda, por falta de crédito puedan emprender o reemprender, para que pueda haber una inversión pública del Estado? ¿Cuándo se van a poner en marcha? Esa es la concreción que los ciudadanos españoles esperamos de tantos consejos en la Unión Europea.
Mientras tanto, hay que recordar también en esa construcción de la Unión Europea, que países como Estados Unidos mantienen su línea de estímulo económico y aumento de la liquidez para crear empleo. Estados Unidos dando lecciones a la Unión Europea. ¡Quién lo iba a decir! Están ustedes configurando una Unión Europea que no tiene nada que ver con las necesidades de los ciudadanos. Y no es que se tomen medidas para crear puestos de trabajo, es que las medidas que están tomando son precisamente para seguir destruyendo el existente.
Señor Rajoy, los españoles y otros ciudadanos, especialmente de los países del sur, vemos como tras distintos consejos de la Unión Europea los problemas no solo no se resuelven, sino que se agudizan. Porque la verdad está en los hechos y lo cierto es que no se ha producido ningún avance en lo que se refiere a la política fiscal comunitaria. Ninguno. Han renunciado a poner en marcha políticas que fomenten el crecimiento basadas en sectores productivos de la economía. Han renunciado a impulsar la política y la acción del propio Banco Europeo de Inversiones más allá de los datos que hay puestos encima de la mesa, sí, pero que no están concretados y parece que no se concretan nunca.
Señor Rajoy, parece que Consejo tras Consejo vamos hasta la derrota final. Estamos hablando de medidas y de políticas que después tienen su correlato directo en la vida diaria de los españoles y ya llevamos varios años viendo cómo esta crisis, que tiene un origen y unas consecuencias, la estamos pagando precisamente los que no somos responsables de ella. Y eso lo vamos a repetir hasta la saciedad. Porque no es comprensible que cuando tenemos más riqueza que nunca en nuestro país se nos diga que tenemos que volver a vivir como en el siglo pasado, en los peores tiempos del siglo pasado. Esta crisis tiene unas consecuencias que se traducen en cifras de paro absolutamente escandalosas. Ningún país puede permitirse tasas de paro por encima del 25% ni que más de la mitad de sus jóvenes estén sin trabajo mientras la otra mitad está en precario, con un futuro sin más esperanza que la emigración, como el futuro de la década de los sesenta.
Señor Rajoy, estamos perdiendo a toda una generación. Sus políticas están echando del país a los jóvenes más preparados de la historia, un extraordinario capital humano que no podemos permitirnos el lujo de perder, jóvenes que, además de la frustración personal que viven, se les impide contribuir al desarrollo de su país, se les excluye como cotizantes a la Seguridad Social, se lastra su futuro y se desequilibran, además, las cuentas del sistema de pensiones.
Señor Rajoy, no se puede vivir de espaldas a la realidad, porque esa es la dura realidad. Siguen haciendo caso omiso a los millones de españoles que protestamos contra sus medidas y lo hacemos porque están ustedes atacando los derechos más elementales. No puede ser que todo el mundo esté equivocado, todos los miles de ciudadanos que nos manifestamos en las calles y en los centros de trabajo no podemos estar equivocados, y menos aún cuando esas protestas vienen de tantos sectores tan diversos como la Educación, la Justicia o las pensiones.
El otro día leía una cosa que es curiosa y aprendí mucho de ella, todos los días se aprende. Las ‘mareas sanitarias’ que se han movilizado en Madrid decían una frase que era preciosa y además real. Decían: Nos rebajaron el salario, no hicimos huelga; nos aumentaron la jornada laboral, no hicimos huelga; nos quitaron la paga de Navidad, no hicimos huelga; y ahora estamos haciendo huelga porque queremos defender el sistema público universal de la Sanidad en nuestro país. Ese es un dato importantísimo y hay que tenerlo en cuenta. La gente no se moviliza por una cuestión caprichosa.
Sus políticas ya no tienen que ver con la economía, sino más bien en muchos casos, desgraciadamente, con la ideología. Están atacando los sectores más débiles de la sociedad y la mayoría social de este país. Por eso, es lógico que se manifiesten todas esas ‘mareas’ que defienden los servicios públicos esenciales, esos que son garantes del Estado de bienestar y que se pretenden cargar entre los viernes y los consejos europeos.
Y no es creíble, señor Rajoy, la afirmación que ha hecho estos días de que vamos a empezar a salir de la crisis a finales de 2013. ¿En qué se basa? ¿No nos está usted pidiendo un acto de fe religiosa? Hablaba usted antes de Galileo, y lo citaré al final. Usted sabe que no es verdad, que no salimos de la crisis al final de 2013 porque el Plan bianual aprobado por su Gobierno y remitido a la troika supone mayor recesión y mayor destrucción de empleo con el ajuste de 39.000 millones en 2013 y un nuevo ajuste de 50.000 millones, aprobado por la troika, para 2014. Además, las previsiones de la OCDE, el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones están desmintiendo sistemáticamente las propias previsiones del Gobierno y anuncian más recesión y más paro.
Un ministro de su Gabinete, concretamente el señor Gallardón, ha dicho: ‘Gobernar, a veces, es repartir dolor’. Es una afirmación, señor Gallardón -se lo digo con el debido respeto-, que nos repugna. Y se lo digo porque los gobiernos no están para repartir dolor, ni la democracia tiene por finalidad elegir a quien nos va a administrar el sufrimiento, eso lo debe dejar usted para los que utilizan cilicios. Los gobiernos están para mejorar la vida de sus conciudadanos, pero a ustedes el concepto de ciudadano empieza a parecer que les suena raro y que prefieren el de súbdito -no sé si será porque estamos en una monarquía-, súbdito en este caso de los mercados. Se han convertido en una élite política o al menos están defendiendo una élite política de este país y no están defendiendo los intereses globales del conjunto de los ciudadanos y ciudadanas de España.
Mientras tanto, ustedes siguen con su injusta, inútil y equivocada política de intentar contener el déficit a través de la reducción del gasto. Señor Rajoy, hay muchos caminos para cumplir con las normas puestas por Bruselas, pero es verdad que ustedes han decidido coger uno solo: el camino del sacrificio y del dolor para la inmensa mayoría de los españoles. Pero no reparten, no es verdad, ese dolor entre los verdaderos causantes de este desastre.
Señor Rajoy, si no le gusta tomar esas medidas -y usted lo ha dicho en varias ocasiones- tiene muchas otras alternativas. Aquí en esta Cámara y en otros foros mi propio Grupo se las ha presentado; yo mismo le presenté un paquete con 22 medidas modestas, si usted quiere, dirigidas a la creación de empleo, sobre los desahucios y para luchar contra el fraude fiscal. Por cierto, un fraude contra el que poco o nada han hecho ustedes, porque, señor Montoro, el fracaso de la amnistía fiscal ha sido palmario y, además, hay falta de voluntad, que es lo que más nos preocupa, a la hora de luchar contra ese fraude.
Se lo dijimos en el debate de los Presupuestos para 2013 y no han querido corregirlo en el Senado en el trámite de los Presupuestos. Han reducido la partida de la Agencia Tributaria y la tasa de reposición de sus trabajadores. Señor Rajoy, explique a los españoles cómo se puede luchar contra el fraude con menos personal y menos recursos. Porque luchar contra el fraude no es que salga el señor Montoro amenazando con que va a hacer pública la lista de defraudadores. ¡Vaya espectáculo! ¿Es que tiene usted, señor Montoro, la lista de los defraudadores de este país? ¿Y qué hace que no la ha puesto ya en conocimiento de la fiscalía para que castigue a esos criminales económicos que detraen dinero, que es de todos, para esconderlo en paraísos fiscales mientras aquí se recorta la comida, la salud y hasta la vida de alguna gente?
Entiendo que no le gusten las medidas que venimos proponiendo desde la izquierda, pero no comprendo ni comparto que sigan diciendo que no se puede hacer otra cosa porque sí se puede y, si no se pudiera, tengan al menos la honestidad de preguntárselo a los españoles en un referéndum, a esos que también han elegido a su partido para gobernar, pero que no les han dado impunidad política para incumplir sistemáticamente su programa electoral.
Desde Bruselas, su Gobierno está desguazando el Estado social tal y como lo conocíamos, y están dejando un Estado mínimo con una desigualdad máxima. Es un ataque de clase de libro. El rescate del que nos vienen hablando desde hace tiempo es más bien un secuestro. Nos oponemos -se lo digo ya- rotundamente a ese rescate porque presumimos la dureza de las condiciones que llevaría aparejadas; ahí están los ejemplos de Grecia o de Portugal. Ya sabemos el precio que estamos pagando con el dinero de todos por el rescate a la Banca, con esas condiciones que se nos aplican desde mayo de 2010 con el anterior Gobierno y con el suyo en el último año. Por eso son inaceptables los rescates, por mucha presión que metan desde determinados medios de comunicación.
Señor Rajoy, señor presidente, concluyo diciendo que estamos llegando a una situación totalmente insostenible. Las políticas que aplican están ahogando y asfixiando literalmente a los españoles. El paro, la precariedad, los desahucios, los impuestos indiscriminados sin diferenciar la renta del que los paga, el malestar derivado del ataque a los servicios públicos y a los derechos de los trabajadores son factores que engordan la posibilidad de que un estallido social esté más cerca que nunca. Decía Ernesto Sábato que hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad y es no resignarse. Nosotros no nos resignamos y vamos a seguir contribuyendo con nuestras alternativas, nuestras propuestas y nuestras soluciones para salir de esta terrible situación, pero también vamos a estar junto a todos los que protestan contra esta injusticia. No nos vamos a quedar parados.
Comentaba usted que Galileo Galilei decía: ‘Y, sin embargo, se mueve’. Decía usted que el Consejo Europeo, sin embargo, se mueve, pero la cuestión no es esa, señor Rajoy, la cuestión es hacia dónde se mueve ese consejo y, en nuestra opinión, se está moviendo hacia un inmenso trasvase de las rentas del trabajo hacia los beneficios del capital que se está produciendo especialmente en los últimos años. Muchas gracias, señor presidente."
"Señor Rajoy, no se puede vivir de espaldas a la realidad, porque esa es la dura realidad. Siguen haciendo caso omiso a los millones de españoles que protestamos contra sus medidas y lo hacemos porque están ustedes atacando los derechos más elementales. No puede ser que todo el mundo esté equivocado; todos los miles de ciudadanos que nos manifestamos en las calles y en los centros de trabajo no podemos estar equivocados, y menos aún cuando esas protestas vienen de tantos sectores tan diversos como la Educación, la Justicia o las pensiones.
Señorías, señor Rajoy, nos ha informado de las bondades de las sesiones del Consejo Europeo de noviembre y del de la pasada semana mientras que en esta España cada vez hay más gente movilizándose en las calles. Algo no debe encajar. Se movilizan los trabajadores despedidos por la reforma laboral, que ha sido un gran regalo para los empresarios; se movilizan los sindicatos; los sectores de la Sanidad, la Educación, la Discapacidad -quién nos iba a decir que los discapacitados iban a estar manifestándose por las calles de Madrid-; los jueces; la policía; los bomberos y, finalmente, los pensionistas. No parece razonable que el Consejo Europeo vaya por un lado y tantos y tantos ciudadanos vayan por otro. Parece que quien marca el rumbo es Alemania y presumimos que el destino no es de los mejores para nuestro país.
Le agradecemos que comparezca en esta Cámara para dar cuenta de los acuerdos de Bruselas porque, como usted bien sabe, es una obligación. Además, le exigimos solemnemente que, por un mínimo principio de respeto a la democracia, someta a este Parlamento cualquier decisión que se toma en la Unión Europea que afecta a los 46 millones de ciudadanos de este país. Los españoles tenemos derecho a conocer y opinar sobre todos aquellos asuntos que nos pueden afectar. Es una cuestión que va ligada directamente a nuestra soberanía, a la soberanía del pueblo español y no a la de Alemania ni de ningún agente especulador nacional o extranjero. Más aún cuando hablamos de decisiones que están asfixiando y sacrificando a la mayoría social de este país. Ustedes, que tanto presumen de patriotismo, tienen una oportunidad de oro para ejercerlo y tener en cuenta a sus compatriotas en la toma de decisiones que nos incumben directamente a todos.
Señor Rajoy, la hoja de ruta que se está trazando en esta Unión Europea, y que usted transmite y ejecuta en nuestra opinión de una forma negativa, conlleva más recortes y restricciones para España, y nos aleja cada día más de una salida de la crisis. Y decimos que ‘de una forma más negativa’ porque hay otra forma de abordar los problemas que no es el ajuste y el recorte. Es la vía de los mayores ingresos en la lucha denodada contra el fraude fiscal y con una reforma fiscal progresiva. Lo hemos dicho muchas veces y ustedes lo saben.
Nos dice usted que quedamos ‘moderadamente satisfechos’ con la propuesta de Presupuesto de la Unión Europea. Para nosotros es una propuesta claramente insuficiente porque incorpora aún más ajustes y reducciones del gasto, algo que no se entiende cuando en la actual Unión Europea han entrado más países con nuevas y mayores necesidades de las que teníamos los que ya formábamos parte de la Unión y cuando algunos de los cuales sufrimos además, usted lo ha dicho, una profunda crisis que dinamita nuestro Estado social.
Un club, sí, señor Rajoy, y muy elitista, en el que las normas las dictan los ricos y los poderosos, y nos las imponen a los demás. Ahora bien, los mismos que imponen esas normas, como la Alemania de la señora Merkel, son después los primeros en incumplirlas. ¿Qué historia tiene Alemania en relación con el cumplimiento del techo de déficit en el 3% pactado en Maastricht? Aplican la ‘ley del embudo’, que es inasumible, lo ancho para Alemania y también para el Reino Unido -que, por cierto, tiene un compromiso con la Unión Europea poco menos que ambiguo- y lo estrecho para los demás países, sobre todo para los que estamos pasando mayores dificultades.
Están discutiendo ustedes una reducción de 80.000 millones de euros en el Presupuesto de la Unión. Eso tendría como consecuencia una pérdida para España, usted lo sabe, de 20.000 millones de los fondos europeos. ¿Va a aceptar usted finalmente esa propuesta de Van Rompuy para conformarnos con el cheque de 2.750 millones? Si la acepta, sería una victoria pírrica como dijo Pirro, rey de Epiro, otra victoria como ésta y nos quedamos solos.
Señor Rajoy, no se puede pretender construir una Europa más cohesionada social, económica y políticamente reduciendo el Presupuesto y, mucho menos, en la situación actual. Usted sabe que el problema de fondo es que la Unión Europea en el sexenio 2000-2006 fijó el techo de gasto en el 1,27% del PIB, en el siguiente sexenio lo rebajó al 1,04% y en éste estamos en torno al 1% del PIB. Por ello no es posible que se reduzca el PIB de la Unión Europea y, al mismo tiempo, se nos diga que se quiere construir más Europa, más social, más vertebrada económica, política y socialmente. No es posible, es que no hay voluntad política de construir esa Europa que tanto se proclama.
Nos ha dicho usted que no es fácil que los ciudadanos vean la relación que existe entre el tema de la supervisión del Banco Central Europeo, de los bancos europeos, y nuestros intereses. Y ha dicho usted que es una muy buena noticia. Evidentemente, la verdad es nosotros tampoco entendemos muy bien por qué es tan buena noticia y le pedimos que nos lo explique después con nitidez. En primer lugar, quiero preguntarle por qué es mejor que nos supervisen desde fuera, desde el Banco Central Europeo y no desde el Banco de España. ¿Es que acaso los funcionarios y técnicos del Banco de España no conocen mejor el estado en el que se encuentra nuestro sistema bancario a pesar de las dificultades que se han pasado en el periodo reciente por decisiones políticas en el Banco de España pero no por la labor y el trabajo de los funcionarios de dicha entidad?
No es entendible, nosotros no lo podemos entender, que la supervisión de un Banco Central Europeo, que carece de mínimos controles democráticos, pueda dar más confianza a los ciudadanos. Sin duda, sí dará más confianza a los bancos, a esos mismos bancos que han cogido dinero del Banco Central Europeo al 1% y han especulado con la deuda soberana de los países y por eso tenemos que pagar este año en los Presupuestos de 2013 la cantidad de 38.500 millones de euros en la partida de intereses, que es más que lo que gasta el Estado en el aparato de la Administración General del Estado.
En segundo lugar, señor Rajoy, la famosa supervisión bancaria deja fuera a las cajas alemanas, que son precisamente las que mayores problemas tienen. Es decir, para que todo el mundo lo pueda entender, lo que han acordado en Bruselas es que unos señores del Banco Central Europeo vengan a mirarnos con lupa a todos mientras dejan a Alemania corriendo una especie de ‘tupido velo’ sobre el sistema de cajas para que nadie sepa cuáles son los verdaderos problemas que tiene la señora Merkel. Centenares de cajas pequeñas, es cierto, pero que en el conjunto tienen un agujero muy superior al de las cajas españolas. Son problemas que están trasladando al resto de países de la periferia europea, entre los que se encuentra España, y que son los causantes de que a los ciudadanos de nuestro país y de otros como Portugal o Grecia se nos estén aplicando políticas de recortes leoninas que están demoliendo el Estado del bienestar por el que tanto hemos luchado los trabajadores y trabajadoras europeos.
No es para estar contentos, señor Rajoy, al contrario. La adopción de un mecanismo único de supervisión en ausencia de otras políticas no comporta ningún elemento nuevo que pueda transmitirnos el más mínimo optimismo. La arquitectura de Europa, que ya lleva decenas de años diseñándose, no nos gusta y no nos gustó en sus inicios. Aquí está el ‘Diario de Sesiones’ y las intervenciones de Julio Anguita en esta tribuna para contrastarlo. Creemos en una Europa de los ciudadanos, en la Europa social, solidaria y comprometida con el empleo. No creemos en la actual Europa del diktat alemán, en la Europa de los mercados, más preocupada por los beneficios de los banqueros que por el bienestar de sus habitantes. Hay que romper con el yugo alemán de la canciller Merkel; hay que frenarlo porque, si no, nos van a tirar al precipicio.
En estos dos consejos se han adoptado nuevas normas en materia de rescate y resolución de bancos y sobre garantías de depósitos. Han acordado que deben tomarse medidas para que Europa siga siendo una economía social de mercado. Sabe usted, señor Rajoy, que yo niego la segunda parte de este enunciado, como es natural, porque es una paradoja. Si es social, no puede ser de mercado; y viceversa. Sin embargo, sin entrar en esa disquisición, sí quiero recordarle que su Gobierno se ha olvidado por completo de la parte social y de impulsar el empleo, sobre todo juvenil, en España.
Nos habla usted de nuevo de los 180.000 millones entre el Banco Europeo de Inversiones y los fondos que han acordado poner en marcha. Pero ¿cuándo se van a concretar? ¿Cuándo vamos a ver que esos fondos se ponen en marcha para que las empresas que están cerrando en España por falta de liquidez, por falta de ayuda, por falta de crédito puedan emprender o reemprender, para que pueda haber una inversión pública del Estado? ¿Cuándo se van a poner en marcha? Esa es la concreción que los ciudadanos españoles esperamos de tantos consejos en la Unión Europea.
Mientras tanto, hay que recordar también en esa construcción de la Unión Europea, que países como Estados Unidos mantienen su línea de estímulo económico y aumento de la liquidez para crear empleo. Estados Unidos dando lecciones a la Unión Europea. ¡Quién lo iba a decir! Están ustedes configurando una Unión Europea que no tiene nada que ver con las necesidades de los ciudadanos. Y no es que se tomen medidas para crear puestos de trabajo, es que las medidas que están tomando son precisamente para seguir destruyendo el existente.
Señor Rajoy, los españoles y otros ciudadanos, especialmente de los países del sur, vemos como tras distintos consejos de la Unión Europea los problemas no solo no se resuelven, sino que se agudizan. Porque la verdad está en los hechos y lo cierto es que no se ha producido ningún avance en lo que se refiere a la política fiscal comunitaria. Ninguno. Han renunciado a poner en marcha políticas que fomenten el crecimiento basadas en sectores productivos de la economía. Han renunciado a impulsar la política y la acción del propio Banco Europeo de Inversiones más allá de los datos que hay puestos encima de la mesa, sí, pero que no están concretados y parece que no se concretan nunca.
Señor Rajoy, parece que Consejo tras Consejo vamos hasta la derrota final. Estamos hablando de medidas y de políticas que después tienen su correlato directo en la vida diaria de los españoles y ya llevamos varios años viendo cómo esta crisis, que tiene un origen y unas consecuencias, la estamos pagando precisamente los que no somos responsables de ella. Y eso lo vamos a repetir hasta la saciedad. Porque no es comprensible que cuando tenemos más riqueza que nunca en nuestro país se nos diga que tenemos que volver a vivir como en el siglo pasado, en los peores tiempos del siglo pasado. Esta crisis tiene unas consecuencias que se traducen en cifras de paro absolutamente escandalosas. Ningún país puede permitirse tasas de paro por encima del 25% ni que más de la mitad de sus jóvenes estén sin trabajo mientras la otra mitad está en precario, con un futuro sin más esperanza que la emigración, como el futuro de la década de los sesenta.
Señor Rajoy, estamos perdiendo a toda una generación. Sus políticas están echando del país a los jóvenes más preparados de la historia, un extraordinario capital humano que no podemos permitirnos el lujo de perder, jóvenes que, además de la frustración personal que viven, se les impide contribuir al desarrollo de su país, se les excluye como cotizantes a la Seguridad Social, se lastra su futuro y se desequilibran, además, las cuentas del sistema de pensiones.
Señor Rajoy, no se puede vivir de espaldas a la realidad, porque esa es la dura realidad. Siguen haciendo caso omiso a los millones de españoles que protestamos contra sus medidas y lo hacemos porque están ustedes atacando los derechos más elementales. No puede ser que todo el mundo esté equivocado, todos los miles de ciudadanos que nos manifestamos en las calles y en los centros de trabajo no podemos estar equivocados, y menos aún cuando esas protestas vienen de tantos sectores tan diversos como la Educación, la Justicia o las pensiones.
El otro día leía una cosa que es curiosa y aprendí mucho de ella, todos los días se aprende. Las ‘mareas sanitarias’ que se han movilizado en Madrid decían una frase que era preciosa y además real. Decían: Nos rebajaron el salario, no hicimos huelga; nos aumentaron la jornada laboral, no hicimos huelga; nos quitaron la paga de Navidad, no hicimos huelga; y ahora estamos haciendo huelga porque queremos defender el sistema público universal de la Sanidad en nuestro país. Ese es un dato importantísimo y hay que tenerlo en cuenta. La gente no se moviliza por una cuestión caprichosa.
Sus políticas ya no tienen que ver con la economía, sino más bien en muchos casos, desgraciadamente, con la ideología. Están atacando los sectores más débiles de la sociedad y la mayoría social de este país. Por eso, es lógico que se manifiesten todas esas ‘mareas’ que defienden los servicios públicos esenciales, esos que son garantes del Estado de bienestar y que se pretenden cargar entre los viernes y los consejos europeos.
Y no es creíble, señor Rajoy, la afirmación que ha hecho estos días de que vamos a empezar a salir de la crisis a finales de 2013. ¿En qué se basa? ¿No nos está usted pidiendo un acto de fe religiosa? Hablaba usted antes de Galileo, y lo citaré al final. Usted sabe que no es verdad, que no salimos de la crisis al final de 2013 porque el Plan bianual aprobado por su Gobierno y remitido a la troika supone mayor recesión y mayor destrucción de empleo con el ajuste de 39.000 millones en 2013 y un nuevo ajuste de 50.000 millones, aprobado por la troika, para 2014. Además, las previsiones de la OCDE, el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones están desmintiendo sistemáticamente las propias previsiones del Gobierno y anuncian más recesión y más paro.
Un ministro de su Gabinete, concretamente el señor Gallardón, ha dicho: ‘Gobernar, a veces, es repartir dolor’. Es una afirmación, señor Gallardón -se lo digo con el debido respeto-, que nos repugna. Y se lo digo porque los gobiernos no están para repartir dolor, ni la democracia tiene por finalidad elegir a quien nos va a administrar el sufrimiento, eso lo debe dejar usted para los que utilizan cilicios. Los gobiernos están para mejorar la vida de sus conciudadanos, pero a ustedes el concepto de ciudadano empieza a parecer que les suena raro y que prefieren el de súbdito -no sé si será porque estamos en una monarquía-, súbdito en este caso de los mercados. Se han convertido en una élite política o al menos están defendiendo una élite política de este país y no están defendiendo los intereses globales del conjunto de los ciudadanos y ciudadanas de España.
Mientras tanto, ustedes siguen con su injusta, inútil y equivocada política de intentar contener el déficit a través de la reducción del gasto. Señor Rajoy, hay muchos caminos para cumplir con las normas puestas por Bruselas, pero es verdad que ustedes han decidido coger uno solo: el camino del sacrificio y del dolor para la inmensa mayoría de los españoles. Pero no reparten, no es verdad, ese dolor entre los verdaderos causantes de este desastre.
Señor Rajoy, si no le gusta tomar esas medidas -y usted lo ha dicho en varias ocasiones- tiene muchas otras alternativas. Aquí en esta Cámara y en otros foros mi propio Grupo se las ha presentado; yo mismo le presenté un paquete con 22 medidas modestas, si usted quiere, dirigidas a la creación de empleo, sobre los desahucios y para luchar contra el fraude fiscal. Por cierto, un fraude contra el que poco o nada han hecho ustedes, porque, señor Montoro, el fracaso de la amnistía fiscal ha sido palmario y, además, hay falta de voluntad, que es lo que más nos preocupa, a la hora de luchar contra ese fraude.
Se lo dijimos en el debate de los Presupuestos para 2013 y no han querido corregirlo en el Senado en el trámite de los Presupuestos. Han reducido la partida de la Agencia Tributaria y la tasa de reposición de sus trabajadores. Señor Rajoy, explique a los españoles cómo se puede luchar contra el fraude con menos personal y menos recursos. Porque luchar contra el fraude no es que salga el señor Montoro amenazando con que va a hacer pública la lista de defraudadores. ¡Vaya espectáculo! ¿Es que tiene usted, señor Montoro, la lista de los defraudadores de este país? ¿Y qué hace que no la ha puesto ya en conocimiento de la fiscalía para que castigue a esos criminales económicos que detraen dinero, que es de todos, para esconderlo en paraísos fiscales mientras aquí se recorta la comida, la salud y hasta la vida de alguna gente?
Entiendo que no le gusten las medidas que venimos proponiendo desde la izquierda, pero no comprendo ni comparto que sigan diciendo que no se puede hacer otra cosa porque sí se puede y, si no se pudiera, tengan al menos la honestidad de preguntárselo a los españoles en un referéndum, a esos que también han elegido a su partido para gobernar, pero que no les han dado impunidad política para incumplir sistemáticamente su programa electoral.
Desde Bruselas, su Gobierno está desguazando el Estado social tal y como lo conocíamos, y están dejando un Estado mínimo con una desigualdad máxima. Es un ataque de clase de libro. El rescate del que nos vienen hablando desde hace tiempo es más bien un secuestro. Nos oponemos -se lo digo ya- rotundamente a ese rescate porque presumimos la dureza de las condiciones que llevaría aparejadas; ahí están los ejemplos de Grecia o de Portugal. Ya sabemos el precio que estamos pagando con el dinero de todos por el rescate a la Banca, con esas condiciones que se nos aplican desde mayo de 2010 con el anterior Gobierno y con el suyo en el último año. Por eso son inaceptables los rescates, por mucha presión que metan desde determinados medios de comunicación.
Señor Rajoy, señor presidente, concluyo diciendo que estamos llegando a una situación totalmente insostenible. Las políticas que aplican están ahogando y asfixiando literalmente a los españoles. El paro, la precariedad, los desahucios, los impuestos indiscriminados sin diferenciar la renta del que los paga, el malestar derivado del ataque a los servicios públicos y a los derechos de los trabajadores son factores que engordan la posibilidad de que un estallido social esté más cerca que nunca. Decía Ernesto Sábato que hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad y es no resignarse. Nosotros no nos resignamos y vamos a seguir contribuyendo con nuestras alternativas, nuestras propuestas y nuestras soluciones para salir de esta terrible situación, pero también vamos a estar junto a todos los que protestan contra esta injusticia. No nos vamos a quedar parados.
Comentaba usted que Galileo Galilei decía: ‘Y, sin embargo, se mueve’. Decía usted que el Consejo Europeo, sin embargo, se mueve, pero la cuestión no es esa, señor Rajoy, la cuestión es hacia dónde se mueve ese consejo y, en nuestra opinión, se está moviendo hacia un inmenso trasvase de las rentas del trabajo hacia los beneficios del capital que se está produciendo especialmente en los últimos años. Muchas gracias, señor presidente."
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